El sector inmobiliario está sufriendo un cambio de tendencia. “Sin embargo, si hasta hace escasamente un año la tendencia era común a todos los actores del sector, y podía resumirse con la palabra “desolación”, hoy debemos recurrir a términos como euforia para algunos y recuperación para otros”, afirma Jesús Duque, vicepresidente de la red Alfa Inmobiliaria.
En el extremo más positivo de la cadena inmobiliaria encontramos a los operadores de suelo. Estos, a los que el estallido de la burbuja inmobiliaria les convirtió en propietarios de los principales activos tóxicos de España, son hoy propietarios de terrenos en la mira de fondos nacionales y extranjeros interesados nuevamente en la promoción de vivienda. “Aun así, no todo vale, afirma Duque. Los grandes buscan suelo finalista –listo para ser edificado- y especialmente en Madrid, Barcelona y sus áreas metropolitanas. Como cuentan con financiación para ello, se descarta toda la oferta de segundo nivel y en este momento la competencia es total”.
En el terreno de la vivienda, la situación del mercado tiene similitudes y diferencias que afectan al particular. “En este caso, afirma Duque, tan solo podemos hablar de recuperación. Suave, constante y razonable, en ningún caso estamos observando los niveles de euforia que se viven en la promoción.
En el conjunto de España, el precio de la vivienda creció un 4,2% respecto al año anterior, según el Instituto Nacional de Estadística. “En algunas regiones como Madrid, Barcelona, Costa del Sol o algunos puntos de la Comunidad de Valencia, la vivienda está registrando un moderado incremento en el precio. Sin embargo, hay otras muchas propiedades que ya no volverán a cambiar de manos”, afirma.
Entre estas últimas se encuentran todas aquellas propiedades construidas en ubicaciones mal elegidas, viviendas antiguas, pequeñas, en zonas modestas, sin ascensor, mal mantenidas, etc. “Estas viviendas han llegado a rebajar su precio hasta en un 70%, asegura Duque, y ni aun así encuentran comprador”.
Este tipo de propiedad ha estado muy ligado al fenómeno de la inmigración y hoy, con una población más estable, es difícil quitárselas de encima.
En estos momentos, en mayor o menor medida, el mercado se encuentra en fase de recuperación. “Y como dice el slogan, afirma Duque, quien tiene un capital piensa “A ver si soy yo el tonto que no se aprovecha. Funcionamos por expectativas más que por realidades y esas expectativas que nos creamos nosotros mismos son las que acaban creando las realidades, es pura física cuántica. Si lo crees se crea”, concluye.